Diez jinetes han sido denunciados por cruzar a caballo, incumpliendo la Ley 5/1997 de protección a los animales, las llamas de la veintena de hogueras distribuidas por las empinadas calles de San Bartolomé de Pinares, en la tradicional festividad de Las Luminarias, en honor a San Antón.
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Varias patrullas de la Guardia Civil presenciaron los actos, apostados junto a las hogueras y limitándose a tomar nota de aquellos jinetes que, en vez de rodear el fuego para que los caballos quedaran impregnados por el humo, tal y como manda la tradición, cruzaban las llamas.
Según la creencia popular, que se remonta al siglo XVIII, cuando tuvo lugar una grave epidemia que asoló a los animales de la zona, el humo sirve para purificar y librar del mal a los animales.
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La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) denunció el año pasado el espectáculo de Las Luminarias de San Bartolomé de Pinares porque consideraban que los caballos, empujados a saltar las llamas de las hogueras, sufrían estrés y perjuicios psicológicos. Por ello, y tras presentar un escrito en la Junta, obligaron al Ayuntamiento de San Bartolomé a vigilar el espectáculo y recuperar la tradición de saltar hogueras de humo y no piras en llamas, aunque numerosos jinetes cruzaron el fuego.
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Según la ANPBA, el espectáculo vulnera la Ley de Protección Animal de Castilla y León, por lo que solicitaron la presencia de patrullas de la Guardia Civil y la creación de un registro de participantes que finalmente no se ha realizado. El alcalde de la localidad, Melquíades García Cea, publicó unos bandos municipales en los que se insta a los jinetes a no saltar hogueras en llamas con los caballos, pero hasta los visitantes que acudieron ayer al espectáculo animaban a los jinetes a cruzar las llamas, ante la impotencia de los agentes de la Guardia Civil.
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"Nosotros sólo pedimos que se recupere la tradición", explica Gustavo Antich, miembro de la ANPBA, "y sabemos perfectamente que no son los vecinos de San Bartolomé de Pinares, sino jinetes que llegan de otras localidades, los que han modificado la fiesta de Las Luminarias saltando las llamas y no las humaredas".
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Tres protagonistas: el fuego de las hogueras, el humo purificador y los caballos. Cada anochecer del 16 de enero, San Bartolomé se convierte en el escenario de la danza de los caballos y el fuego. Miles de personas procedentes de Ávila, Madrid y las localidades cercanas de la Comarca de Alberche-Pinares presenciaron el espectáculo. El ritual exige utilizar ramas verdes -retamas, principalmente- y mojadas con agua para crear espirales de humo, la niebla que aleja a los malos espíritus de la muerte y la enfermedad, según la creencia popular.
. A las nueve en punto de la noche, el repicar de las campanas de la iglesia avisa de que las luminarias -hogueras- deben comenzar a prender; un centenar de jinetes a caballo esperan junto al Ayuntamiento, la bendición de las caballerías que marca el inicio de la fiesta de Las Luminarias.
. "Es casi un vicio: la primera vez que se salta la hoguera con el caballo, es duro para él, pero luego el caballo se lanza él mismo hacia las llamas. No les da miedo el fuego" -comenta uno de los jinetes.
. Dicen que, al igual que para los caballos y jinetes el salto de la hoguera se convierte en un vicio, pocos son los visitantes que se resisten a no repetir, año tras año, su asistencia a Las Luminarias. El espectáculo se termina poco antes de la medianoche y alrededor de cada hoguera se preparan parrillas para asar chuletas de cordero, chorizo, morcilla, panceta...
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La fiesta concluye el 17 de enero, festividad de San Antón, con la tradicional carrera de cintas. Las mismas caballerías que en la noche del viernes cruzaban las hogueras, participan al galope en la carrera. Los jinetes deben introducir un punzón en las arandelas de unas cintas envueltas en un carrete que deben desenrollar, y cada una de ellas contiene un premio.
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La Plaza Mayor era hace varias décadas el escenario de la "carrera del gallo", denominada así porque, en lugar de cintas, de las cuerdas que debían obtener los jinetes pendían gallos vivos, a los que debían arrancar las cabezas. La crueldad del espectáculo, muy extendido en las fiestas de los pueblos de Castilla, hizo que el Ayuntamiento reformara la carrera y se cambiaran las aves por las cintas.
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Fuente:
http://usuarios.multimania.es/lacasadelcaballo/NOTICIAS/noticias20.htm
http://www.aviladigital.com/
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Colaboración de:
YOLANDA PLAZA RUIZ
http://notesalves.blog.com.es/
http://delavidaylapalabra.blogspot.com/
http://noestamalserhumildeporlasdudas.blogspot.com/
Mario Benedetti
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1 comentario:
Gracias Ricardo, por dar difusión de esta barbaridad.
En uno de mis blog he puesto más información, espero que sea de tu agrado:
http://delavidaylapalabra.blogspot.com/2010/01/forzados-cabalgar-sobre-el-fuego.html
Un abrazo,
Yolanda
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