miércoles, 18 de septiembre de 2013

Tras el eco del asesinato de Vulcano

EL TORO DE LA VEGA SIGUE DESENMASCARANDO PERSONAJES
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"HABLA PARA QUE YO TE VEA",
DIJO SÓCRATES
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PP, PSOE y UPyD, A FAVOR DEL LINCHAMIENTO DE VULCANO
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Quizás algunas personas hayan pensado en UPyD como esa alternativa política. Que sepan que Miguel Ángel Quintana forma parte del núcleo duro de ese partido y considera que el Toro de la Vega “saca lo mejor del ser humano”. Que sepan que su ética no contempla la compasión por el dolor ajeno y fomenta la violencia. Y que voten en consecuencia.
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He aquí al ilustre "iluminado"
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Tengan cuidado: cuando ustedes matriculen a un hijo, a una hija suya en una universidad (hoy en día, con enorme esfuerzo, probablemente), puede caer en manos de un profesor que defienda el linchamiento hasta la muerte de un animal por pura diversión, un profesor que considere que esa violencia extrema contra un ser inocente supone un bien etnográfico y antropológico. Tengan cuidado porque ese profesor puede serlo de Ética Periodística y ustedes creerán que, siendo así, estará transmitiendo a sus hijos los mejores valores de nuestra sociedad, cuando lo cierto es que aprovechará el poder de su estatus y la engañosa denominación de su materia para transferir a sus hijos ideas como que perseguir a un toro que huye despavorido, que es acosado por hombres a caballo y acuchillado con lanzas hasta caer de rodillas en el polvo (donde ha llegado a ser rematado clavándole reiteradamente un destornillador en la nuca), “saca lo mejor del ser humano”.
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Cuando hagamos la manifestación de los imbéciles, a éste lo vamos a llevar de abanderado.
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Que hacer todo lo descrito saca lo mejor del ser humano lo ha soltado, literalmente, un profesor de Ética Periodística cuyo nombre preferiría no escribir para no darle el más mínimo espacio de atención, pero que escribo porque deben ponerse los nombres y los apellidos de quienes son un peligro para nuestra sociedad, y por si ustedes van a matricular a sus hijos en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, en Valladolid, donde se pueden encontrar con ese profesor. Se llama Miguel Ángel Quintana y es el portavoz de un "Manifiesto a favor del Toro de la Vega" presentado en Tordesillas, localidad internacionalmente despreciada por la celebración de ese "torneo" consistente en el linchamiento y asesinato público de un animal. Como a los toros que serán asesinados con tal ensañamiento en Tordesillas también se les pone nombres, por su desgraciado destino hemos conocido, año tras año, los nombres de Valentón, Moscatel, Platanito, Volante. Al que será torturado mañana lo han llamado Vulcano, y queremos que su nombre se recuerde también.
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Actual Ministro de Cultura de España
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Todos estos apoyan el asesinato por diversión
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La tontita de turno. Presentadora de televisión que dijo a la audiencia que
el Toro de la Vega es una “fiesta maravillosa”, y afirma. “Nadie ha agredido al toro”
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Vulcano, el mártir que protagonizo la "fiesta maravillosa" y al que "nadie ha agredido".
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Vulcano no sabe del dolor y del pánico que va a sufrir mañana. No sabe que mañana una horda de otros animales, los humanos, en quienes hoy quizá confía todavía, se va a divertir a costa de su sufrimiento y de su muerte. Aún no sabe que es la víctima elegida para un terrible e injustificable crimen. Vulcano tampoco sabe, claro, quién es Miguel Ángel Quintana. Y, como acaso aún confíe en los animales humanos que conoce, no podría sospechar que el tal Quintana defiende la inmerecida condena que ya pesa sobre su hermoso cuerpo. El tal Quintana, profesor de Ética Periodística. El tal Quintana, cuya responsabilidad universitaria es la transmisión a sus alumnos de las normas morales que han de regir su conducta humana y profesional. El tal Quintana, formando a futuros periodistas.
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La demostración de respeto hacia el toro indefenso.
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El tal Quintana es miembro del Consejo Político Nacional de UPyD y en 2011 fue el candidato nº 1 de UPyD a las Cortes de Castilla y León por Salamanca. Son datos muy interesantes para quienes rechazan la barbarie del Toro de la Vega y para quienes buscan una alternativa política al bipartidismo del PP y del PSOE, formaciones que, entre otras ignominias, protegen, desde la Junta de Castilla y León (el PP) y desde la alcaldía de Tordesillas (el PSOE), tal vergüenza nacional y moral. Quizás algunas personas hayan pensado en UPyD como esa alternativa política. Que sepan que Miguel Ángel Quintana forma parte del núcleo duro de ese partido y considera que el Toro de la Vega “saca lo mejor del ser humano”. Que sepan que su ética no contempla la compasión por el dolor ajeno y fomenta la violencia. Y que voten en consecuencia.
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El amor hacia el animal en su máximo apogeo
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Que voten sabiendo que UPyD es un partido integrado por personas como el tal Quintana, que fue Responsable de Estudios, Programa y Comunicación de Castilla y León por UPyD. Vaya usted a saber si no asesoró también a Toni Cantó para su sonrojante discurso sobre derechos animales en el Congreso de los Diputados, cuando se admitió a debate la ILP que pretende considerar la tauromaquia Bien de Interés Cultural a nivel nacional. A tenor de las declaraciones del tal Quintana sobre el Toro de la Vega y de la ridícula actuación en el hemiciclo del tal Cantó, no extrañaría que sí, que lo hubieran preparado mano a mano (aunque Cantó citó entonces a Fernando Savater, que viste más un discurso, y no mencionó a Miguel Ángel Quintana, cuyo discurso es una nulidad). Que los votantes sepan que esa es la ética de UPyD, que ese es el nivel.
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El "hombre" que con su lanza amorosa acabó con Vulcano. Su cara de intelectual lo dice todo.
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El pasado sábado, una manifestación multitudinaria, convocada por el Partido Animalista (PACMA), recorrió las calles de Madrid y mostró antes las sedes del PP y del PSOE el masivo rechazo de los ciudadanos del siglo XXI hacia crueles prácticas medievales como es la del Toro de la Vega. Miles de personas dieron su voz a Vulcano, indefenso, porque no tiene voz, ante su arbitraria sentencia. En una sociedad en la que los humanos sufren los continuos abusos de los responsables políticos, cada vez son menos los que aceptan callarse y aceptar lo inaceptable. De lo que están haciendo los políticos del PP y del PSOE en todos los aspectos de interés público depende su futuro político. Y el futuro político de UPyD depende también de lo que están haciendo sus políticos y sus consejeros. Que se sepa que todos ellos, PP, PSOE y UPyD, están a favor del linchamiento de Vulcano. Que se sepa que todos ellos coinciden con el tal Quintana en que el Toro de la Vega “saca lo mejor del ser humano”. Que se sepa que los responsables de las principales formaciones políticas de nuestro país consideran que lo mejor que llevamos dentro es la crueldad, el acoso, el ensañamiento, la humillación, el gusto por infligir dolor y muerte a otro. Que lo mejor que llevamos dentro los animales humanos es maltratar por diversión a un animal no humano. Creen eso. Y por eso nos tratan en consecuencia.
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Fuente:
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DOS IMÁGENES QUE PERMANECEN EN NUESTR RETINA
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Christophe Thomas, el antitaurino francés que hoy vive feliz con Fadjen, el toro que compró para salvarle la vida.
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Sin palabras
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Publicado por Ricardo Muñoz José
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IMPORTANTE: A todas las personas que me han preguntado sobre el correo anterior, queriendo saber el nombre del autor del cuento "El hombre de La Vega", les hago saber que es de mi autoría. No lo hice constar en el artículo "En homenaje al toro Vulcano", para no caer en la redundancia, ya que mi nombre aparece en la lista de autores que contribuyeron a la elaboración del libro "Palabras para un toro sin voz".
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martes, 17 de septiembre de 2013

En homenaje al toro Vulcano

PARA TI, VULCANO, ÚLTIMO ASESINADO POR LA BARBARIE HUMANA
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EL HOMBRE DE LA VEGA
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Cuento de Ricardo Muñoz José
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   Como un proyectil disparado por el infinito, de lueñe punto vino el meteorito rompiendo distancias. El pertinaz viajero hizo blanco en la quietud de la Luna. La piedra, rezumando hambre de superficie, penetró sin piedad en el satélite hasta casi horadarlo. El polvo almacenado gramo a gramo por el tiempo, voló al espacio a ponerle estatura al impacto. El hogar de las estrellas contempló el encontronazo sin apenas pestañear. Pronto el choque cuajó en silencio, y la soledad volvió a desplegar alas.

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            Sin embargo, la colisión generó un gigantesco campo de ondas vibratorias, que en centrífugo viaje alcanzó de lleno al planeta Tierra, provocando que el giro sobre el propio eje se alterara por unos segundos. Mas, al tornar la rotación al ritmo habitual, algo cambió. El pulso firme del fenómeno compuso una cadena de efectos que acabaron desembocando en la libertad de lo inesperado.
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            La reacción biológica concedió un canje de papeles, y traspasó el protagonismo de la especie dominante a otra variedad sometida; el ser humano descendió a un plano de relleno, y la inteligencia fue a hospedarse en la raza bovina.
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            Toros y vacas conquistaron la escena. Ahora el mundo discurría de acuerdo al cauce establecido por el mando de esta raza, marcando la supremacía por encima de las restantes vidas. Eran los amos de la evolución. Ellos atesoraban del don de hacer y la facultad de decidir, convirtiendo la humanidad en respiro secundario. Al hombre lo abandonó la capacidad de hablar, en compensación, desarrolló en las extremidades una fuerza temible; podía romper un árbol con las manos o partir una roca de un puntapié.
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            Tordochillas, Valladoler, España, los dirigentes del Patronazgo de El Hombre de la Vega, convocaron la reunión informativa. El local hallábase abarrotado. Público y periodistas nacionales y extranjeros esperaban anhelantes. Íbase a conocer el programa del próximo Torneo de El Hombre de la Vega.
            Rostros adustos poblados de ojeadas ufanas enaltecían la mesa, proscenio de los directivos. El presidente tomó la palabra.
            -Mis queridos bóvidos, me complace anunciar que ya tenemos todo dispuesto para nuestra fiesta máxima. Este año la estrella del Torneo será Ventorrillo, un semental humano de buena salud y espléndida estampa. De acuerdo a la costumbre será suelto adentro del pueblo, correrá por las calles, cruzará el puente, siendo perseguido y acosado por los torneantes a lo largo de la vera del Duero. El toro que consiga matarlo, tendrá derecho a arrancarle los testículos. Al vencedor el Ayuntamiento le entregará una insignia representativa, además de un collar luciendo un cencerro de hierro forjado. Así qué, ¡preparaos! Afilad los cuernos y participad. Eso sí, teniendo en cuenta que van a enfrentarse a una criatura de casta bravía.
            -Por favor –pidió paso una vaca periodista-. No es por incordiar, sólo quiero destacar que muchos bovinos, a este espectáculo lo consideran inmoral, porque matan a un hombre indefenso.
            -¿Indefenso un hombre que de una patada puede acabar con cualquiera de nosotros? No está indefenso. ¡Es un bruto peligroso!
            -Pero está solo delante de muchos toros participantes.
            -¿Y qué? Amiga periodista, le recuerdo que el humano no es un herbívoro como los bóvidos. Es un carnívoro. ¡Y los carnívoros son cazadores!
            El presidente, sumamente molesto, miraba hacia todos lados temiendo  división en la audiencia, ya que eso no favorecía al Torneo ni al espectáculo. Por lo tanto, recurrió al recurso de alzar la voz a fin de frenar discrepancias.
            -¡El hombre no sufre del mismo modo que los bovinos! ¡Es un bruto carente de sentimientos!
            -Eso no justifica que los toros lo maten por diversión.
            -El hombre es criado para morir en el Torneo. Inclusive, se siente orgulloso de morir luchando de igual a igual y así alegrarnos.
            -Existen muchos humanoistas que quieren cambios.
            -Pues, a esos humanoistas les informo que sí. Habrá cambios. El año que viene, en vez de un hombre, vamos a soltar un niño para que lo revienten a cornadas.
            -¿Un niño? ¡Eso es igual que matar un ternero! ¡Qué horror! ¡Sólo de pensarlo me da escalofrío!
            -Es el único cambio que podemos hacer. La tradición no nos da otra alternativa.
            -¿Y después qué? ¿Una mujer?
            -¡Una mujer nunca! No olvide el detalle de los testículos. Los testículos cumplen una parte importante en el ritual de nuestra fiesta. El vencedor acostumbra ofrecerlos a Santa Cuerna, y los deposita en su sagrado templo.
            -Los humanoistas exigen otro tipo de cambios. Una actitud que manifieste la compasión de los bóvidos.
            -¡Eso es imposible! El Hombre de la Vega es una tradición que viene desde cientos de años atrás. Y por ser una tradición debemos transmitirla a las generaciones venideras del mismo modo que ha sido siempre. Así lo dispuso Torontón, nuestro amado dios.
            Una vaca gorda de aspecto intelectual levantó la pata pidiendo anuencia.
            -El Hombre de la Vega es una reliquia antropológica. Es cultura viva. Es arte. Es un conjunto de imágenes poéticas. Y la cornada que lo mata, encierra toda una metáfora de la vida y de la muerte.
            -¡Mu bien dicho! –añadió, poniéndose de pie, un malencarado toro blanco- El Hombre de la Vega forma parte de la curtura de Egpaña.
            -Le hago saber a usté y a la prensa estranjera, sobre todo a la estranjera –intervino un astado bruno de aspecto nervioso-, que El Hombre de la Vega es una atración turística. Una atración que da divisas. Gracias a él, Tordochillas es conocida en er mundo entero.
            -¡Efectivamente! –remató el presidente- por eso nuestra lucha actual se centra en que la ONU declare a El Hombre de la Vega, Patrimonio de la Tauroridad.
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            Segundo martes de septiembre, 11 horas. Soltaron a Ventorrillo. Las calles dieron escenario al hombre. Al temido hombre que portaba en el instinto un inquietante rótulo de muerte. Avanzó chorreando recelo por el sitio desconocido. Lo recibió un estruendo de mugidos. Los becerros gritábanle groserías. Las vaquillas, reían. La marejada del miedo acaparaba el aliento del irracional. Primer acto del sufrimiento humano transformado en algarabía. Husmeando en los rincones sin saber porqué hallábase allí, era acribillado por voces hostiles sin mediar motivo. Corrió de un lado a otro empalmando empedrados y aceras, tal si lo empujara un duende asomado en el oído. Atrás de las calles aparecieron otras calles, que poco a poco le  iban acomodando el pueblo a la espalda. La atención bovina, con sibilino ademán, se relamía delante de la desgracia del pobre infeliz. A cada paso, el hedonismo por el temor infligido, destilaba solidez.
            Ventorrillo atravesó el puente y cobró soltura por la orilla del Duero. No obstante, en campo abierto, cientos de toros permanecían a la espera de su solitaria presencia. Al verlo, los torneantes, a mugido holgado rompieron el sosiego matinal.
            Ventorrillo intentó la fuga llevando en la esperanza el desahogo del alejamiento. Aunque, en el roce de la escapada, le aterrizó en el hombro derecho un pinchazo en forma de asta. Partiendo de lo más recóndito arrancó un chillido, la mirada se le desorbitó hasta casi estallar. Desde la cumbre de la desesperación derramó berridos en el hueco de los cuatro puntos cardinales. Entonces, la sangre inocente brotó mansa a entonar una fatídica canción. Desencajado por el profundo aguijonazo, desposeído de nitidez, carente de norte, redobló el esfuerzo contradiciendo a la fatiga.  A estas alturas, tratábase de un ser humano en zarpas del pesimismo. Siguió corriendo; el temblor germinado en la herida, visitó al hombre trayéndole un mensaje de desespero. El trepidar de los movimientos corporales aumentaba la hemorragia y el dolor crecía. Cada zancada plantaba clavos ardiendo en el núcleo de la laceración. La flor púrpura asentada en el hombro proseguía invadiendo las fuerzas, y al bajar por el brazo regaba el terreno.
            Los torneantes, que no disminuían la persecución, alzaron los cuernos a modo de machetes airados, reclamando el mullido bloque de carne humana. Ventorrillo esquivó el cuerpo al reclamo del ataque. Empero, finalmente, el número perseguidor y la extenuación atosigante, permitieron que la tenaza cerrara fauces, quedando en el medio. Los topetazos blandieron saña procurando partirlo en mil pedazos.
            Un toro joven, en valiente acometida, le pinchó las costillas firmando otra sangría muy al gusto de los demás participantes. El hombre se revolvió nadando en aguas de la angustia. Y, poseído por el afán de salvar la vida, sintiendo los tímpanos zumbando, la piel encendida, los huesos quebrantados y la boca cubierta de espumarajos, emprendió otra enrevesada carrera. El sufrimiento era un peso más ralentizando las piernas.
            -¡Está cagao! ¡Está cagao! –gritó un toro viejo.
            El tóxico hálito del pavor asumió rol de martirio. Los otros, renuentes a cualquier tregua, sádicamente acrecentaron el acosamiento. Las babas asociaban el dolor al cansancio, la orina corría piernas abajo poniéndole humedad al espanto. El sueño de la huida languidecía entre la respiración bronca, el palpitar de las sienes, y el paladar reseco. El corazón desbocado le habló de epílogo.
            El astado joven volvió a ponerse frente a él. El hombre sopló por los claroscuros de la impotencia. El toro movió la testa encandilando al sol con el brillo de los pitones. El perseguido quedó tieso, ¡en el cepo del pánico! Planeó una mudez espesa, la brisa cerró el abanico, el polen errante detuvo el paseo, los perros pusieron  mudez a los ladridos, una nube negra, igual que  águila parada en pleno vuelo, observaba desde el techo del día. La caterva de torneantes y público ansioso, halló refugio en el puño del silencio engarzando las pupilas al dramático lance, mientras, los pechos contenían la respiración alborotada, y los dientes mascaban la eternidad del instante.
            El toro joven, renunciando al baldío pavoneo, aferrándose al imperio de la efectividad, agachó la cabeza, escarbó la tierra, y emprendió el trote de la embestida. ¡Le clavó los cuernos en el estómago! Un gemido vertical brotó descifrando la perplejidad más sobrecogedora. La invasión de la cornada le desarboló la mueca, dejándole en el rostro la albura del estupor. De las enrojecidas retinas emergió la incredulidad en forma de lágrimas. Los orificios nasales, grandes y negros, se abrían alterados y cerrábanse tal el lazo corredizo de la horca. En el umbral del epílogo, el hombre remontó la mirada al firmamento pidiéndole al aire el alivio de un soplo. Pero, para él, la ayuda de un soplido remaba en mares imposibles. Las manos descendieron al abdomen a tapar la espita de la herida. Sangre y vísceras llenaron los dedos, y ante su  vista explotó una esgrima de relámpagos. Los ojos, como hogueras agitadas, huyeron por la arboleda sin color. Sintió el vaivén precursor de la caída, y clavó rodillas en callado derrumbe. ¡Cayó hecho un ovillo! Una retahíla de guiños, nacidos de los espasmos, le azotaron el cuerpo. Todo fue volviéndose ausencia; los sonidos disolvieron los tonos y las voces cercanas ganaron lejanía… Sabor de sol y tierra en la boca. ¡El asesinato estaba consumado! ¡Había vencido la crueldad!
            El cuerpo, luego de profanado por el robo de los testículos, ahí quedó, en medio del bucólico paisaje, con la sangrienta referencia impresa en el suelo cual alfombra de manchas rojas; cual pétalos solfeando derrota. A El Hombre de la Vega lo aguardaba la brumosa abertura de un pozo, donde la arcilla describiría un descanso sin final.
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Este texto pertenece al libro "Palabras para un toro sin voz", en el que pusieron vida, en profusa participación, Rosa Montero, Soledad Puértolas, José Luis Ordoñez, Jorge Riechmann, Luisa Cerda, Fernando Delgado, Asier Triguero, Rafael Narbona, Ruth Toledano, Carlos Mañas, Juan Kalvellido, Hugo Cardalda, Ángel Padilla, Ricardo Muñoz José, Ian Gibson, Fernando González "Gonzo", Carlos Azagra, Eduardo Galeano, Vicent Jaume Almela, José Luis Victoria, Nativel Preciado, Elvira Lindo, Javier Montilla, Julio Ortega Fraile, David Fernández Rivera, Emilio Silva y Esther Tusquets.  
 
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Ediciones Hades, aquí puedes encontrar el libro:
http://www.edicioneshades.com/
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Publicado por http://linde5-otroenfoque.blogspot.com/
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POR LA ABOLICIÓN DEL TORO DE LA VEGA
MANIFESTACIÓN EN MADRID DEL SÁBADO 14 DE SEP. DE 2013
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PARTICIPARON 15.000 PERSONAS. 15.000 VOCES GRITANDO UNA ÚNICA PALABRA,
¡ABOLICIÓN!
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http://www.pacma.es/