VIGILIA
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Anoche se realizó una vigilia en conjunto entre las ciudades de Santiago y Valparaíso, por los animales que aún permanecen abandonados en Chaitén. Aproximadamente 250 perros y gatos ya fueron rescatados, pero se calcula que muchísimos más todavía permanecen allí, aislados -o encerrados- en patios, corrales, o dentro de las casas. Y, para empeorar las cosas, empezó a llover torrencialmente; las temperaturas bajaron, y el Río Blanco se desbordó, inundando gran parte del pueblo, y arrastrando sedimentos, cenizas y muchas casas. Las autoridades prohibieron entrar al pueblo durante 3 meses. Ante este desolador panorama, esperamos lo peor, el rescate de los pocos perros y gatos que se hizo fue apenas un "calmante" para nosotros. La mayor parte de los animales que quedan están condenados a morir de hambre, o congelados, e incluso ahogados. Nos embarga un sentimiento de rabia, mezclado con dolor e impotencia. Estamos siendo testigos de cómo se "asesina" a sangre fría a animales indefensos al abandonarlos a su suerte. Casi todos ellos con dueños que claman por su rescate, con los niños que en los albergues lloran por sus perros y gatos regalones, aumentando así su sufrimiento, al verse despojados ya no sólo de su casa, de sus juguetes y de su entorno, sino también de sus compañeros de juegos.
A diario. con panfletos y lienzos, nos paramos frente a La Moneda (Palacio Presidencial) en la Plaza de la Constitución, a gritar. Algunos políticos se solidarizan y se acercan a hablarnos. Lo único que pedimos es que se rescaten a todos los animales de Chaitén, nada más. Seguiremos desgañitándonos y luchando, en nombre de los que murieron y siguen muriendo cada día.
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Anoche se realizó una vigilia en conjunto entre las ciudades de Santiago y Valparaíso, por los animales que aún permanecen abandonados en Chaitén. Aproximadamente 250 perros y gatos ya fueron rescatados, pero se calcula que muchísimos más todavía permanecen allí, aislados -o encerrados- en patios, corrales, o dentro de las casas. Y, para empeorar las cosas, empezó a llover torrencialmente; las temperaturas bajaron, y el Río Blanco se desbordó, inundando gran parte del pueblo, y arrastrando sedimentos, cenizas y muchas casas. Las autoridades prohibieron entrar al pueblo durante 3 meses. Ante este desolador panorama, esperamos lo peor, el rescate de los pocos perros y gatos que se hizo fue apenas un "calmante" para nosotros. La mayor parte de los animales que quedan están condenados a morir de hambre, o congelados, e incluso ahogados. Nos embarga un sentimiento de rabia, mezclado con dolor e impotencia. Estamos siendo testigos de cómo se "asesina" a sangre fría a animales indefensos al abandonarlos a su suerte. Casi todos ellos con dueños que claman por su rescate, con los niños que en los albergues lloran por sus perros y gatos regalones, aumentando así su sufrimiento, al verse despojados ya no sólo de su casa, de sus juguetes y de su entorno, sino también de sus compañeros de juegos.
A diario. con panfletos y lienzos, nos paramos frente a La Moneda (Palacio Presidencial) en la Plaza de la Constitución, a gritar. Algunos políticos se solidarizan y se acercan a hablarnos. Lo único que pedimos es que se rescaten a todos los animales de Chaitén, nada más. Seguiremos desgañitándonos y luchando, en nombre de los que murieron y siguen muriendo cada día.
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LOS ANIMALES NOS NECESITAN, SI NO SOMOS NOSOTROS...ENTONCES, ¿QUIÉN?
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Colaboración:
Gabriela Mejías - Santiago, Chile
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