“El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él”. Así reza un conocido proverbio chino y tenemos que reconocer que, por muy lejano que se encuentre este país para los que vivimos en estas latitudes, podemos aplicar su reflexión al nuestro o a cualquier otro rincón del mundo donde esté poblado de individuos del género humano, sin hacer distinción entre raza o sexo.
La necedad, como la estupidez son rasgos puramente humanos. Estas cualidades suelen salir a flote en diversas ocasiones y una de ellas es cuando se intenta defender una actitud o comportamiento sangriento, disfrazado de “cultura”.Me refiero a la manoseada respuesta de muchos amantes de la “fiesta” del toro, justificando su afición mencionando a personajes ilustres, tanto del mundo de la literatura como de la pintura, como base para su supuesto entretenimiento “culto”. 
Estos defensores de la tauromaquia suelen nombrar a Heminway, Lorca o Picasso, entre otros.
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Yo me pregunto: ¿todo lo que hicieron estos individuos en su vida diaria era” cultura” o “arte”? Si es así, ustedes estarán de acuerdo conmigo en que cuando estos hombres comían, también era cultura, y cuando bebían, o cuando defecaban… ¿sus excrementos eran una “obra de arte”?
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Otro ataque que solemos recibir en no pocas ocasiones al exponer la decisión ética del vegetarianismo es:"¿Vegetariano? Hitler era vegetariano y mira cuánta gente murió por su culpa…"
Como si en el hecho de ser vegetariano estuviese implícito ser un dictador asesino. Esta es la “lógica” aplastante de mentes supuestamente inteligentes, cuyo único deseo es defender su “derecho” a continuar comiendo animales.
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Siguiendo el mismo planteamiento anterior:” Si Hitler era vegetariano y era un asesino, todos los vegetarianos son unos asesinos”. Respuesta: Hitler también llevaba bigote, con este misma lógica, todos los que usan bigote son unos criminales. O, Hitler también tenía hijos, así que todos los que tienen hijos son homicidas... O, Hitler también era feo, así que, todos los feos son asesinos…
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Sólo un necio permanece sentado en el hormiguero…
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"¿Qué es lo que hace únicos a los seres humanos? ¿Hay algún atributo humano que ningún otro animal posea?... Sostengo que la estupidez es un rasgo único de los seres humanos. ¡Ningún otro ser vivo es estúpido, salvo nosotros!" -Max-Neef
PUBLICADO EN:
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http://noestamalserhumildeporlasdudas.blogspot.com/2009/12/frases-de-estupidologia.html
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Colaboración:
YOLANDA PLAZA RUIZ
http://notesalves.blog.com.es/
http://delavidaylapalabra.blogspot.com/
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"Si las manchas de la sangre derramada sobre la tierra fuesen indelebles, sería muy complicado caminar por España sin pisar en rojo". -Julio Ortega Fraile
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2 comentarios:
Gracias Ricardo por compartir este tema.
Os paso una nota aclarando algunos detalles (podéis verlo en el blog:
http://noestamalserhumildeporlasdudas.blogspot.com/2009/12/frases-de-estupidologia.html)
Nota de aclaración:
Estoy consciente de que hay diferentes criterios sobre la supuesta dieta vegetariana de Hitler. Unos dicen que si comía pescado, otros que jamón, .. creo que para el argumento que he querido reflejar no tiene importancia, ya que se trata de responder a una pregunta absurda.
¿Cambiaría algo la respuesta si Hitler hubiese sido estrictamente vegano?, No.
Este es el tema y por esto lo he querido contestar de una manera irónica.
De todos modos quería compartir con vosotros unas frases de la película “Ser o no ser” del director Ernst Lubitsch (1942), donde se hace referencia a este tema de Hitler y su “vegetarianismo”:
— ¡Hail Hitler!
— ¡Hail Hitler!
— ¡Hail Hitler!
— ¡Hail yo mismo!
— La gente parece asustada, aterrorizada. ¿Puede ser cierto? El hombre del bigotito es… ¡Adolf Hitler! ¿Adolf Hitler en Varsovia cuando los dos países aún están en paz, y totalmente solo? Parece extrañamente despreocupado por toda la excitación que ha provocado. ¿Está interesado por los manjares del señor Mastowski? Eso es imposible, él es vegetariano, y sin embargo no siempre se atiene a su dieta. A veces se traga países enteros. ¿Acaso quiere zamparse a Polonia también?
— ¡Lo que usted es yo no me lo comería! (esta frase parece que no está bien traducida)
— ¡Cómo se atreve! ¿Me está llamando jamón?
— Me sentía tan mal después del ensayo, le dije a Doobosh que pusiera primero tu nombre en el cartel.
— ¿Lo hiciste, cariño? Es tan amable por tu parte, realmente no importaba.
— Eso dijo Doobosh, así que lo dejamos como estaba.
— ¡Ah! Maria Tura... es la esposa de ese gran actor polaco, Joseph Tura, ¿le ha visto alguna vez actuar?
— ¡Oh sí!, una vez en Varsovia antes de la guerra. Hacía con Shakespeare lo que nosotros hacemos con Polonia.
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Merece la pena ver la película...
A ver, que para los taurinos el famoso es sabio si es taurino, pero si el famoso no es taurino es sólo famoso sin ser sabio, y el sabio, si es taurino, es sabio sea o no sea famoso, pero si el sabio no es taurino, entonces no es sabio aunque puede seguir siendo famoso.
Entonces, quedamos en que el Rey es las tres cosas porque le gustan las corridas, pero la Reina sólo una porque no le va la tauromaquia. Pero claro, luego ella acude a la entrega de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes a un matador de toros, y entonces ya es una cosa y media, o sea, famosa sí, sabia al cincuenta por ciento y taurina no, ¿o sí?.
Oye, que me estoy empezando a liar, porque resulta que la sabiduría la otorga la taurofilia, pero la fama ya no sé si viene por gustarte la lidia o por saber mucho. Claro, que si eres abolicionista entonces no eres sabio pero sí puedes ser famoso. Lo que quiere decir, si no me equivoco, que para ser sabio es necesario ser taurino, pero para ser famoso no hace falta ser sabio, ni taurino. Y entonces, para ser taurino hace falta estar preparado para asumir la sabiduría y la fama.
Bueno, que más o menos es así la cosa. Yo creo que los argumentos de los taurinos (todos sabios y algunos famosos), al echar mano de sus famosos (todos sabios y taurinos), para defender la tauromaquia (y de paso la sabiduría y la fama), no tienen ninguna fisura (que para eso son sabios, por taurinos) y a partir de hoy, en vista de que yo de famoso nada y de sabio menos, pues me paso al lado de la tauromaquia y las otras dos me vendrán "de matute".
Sí, si, Yolanda y Ricardo. Podéis reiros de mí, pero la Historia me contemplará como un ejemplo de famoso, sabio y taurino tardío, mientras vosotros, junto con Don Miguel de Unamuno, seréis para siempre seres anónimos e ignorantes. Habéis renunciado a la fama y a la sabiduría por antitaurinos.
Salud Compañeros y gracias a los dos.
Julio
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