jueves, 20 de agosto de 2009

Aparece ahogado en el río Miño un perro con una piedra atada al cuello - Caldelas de Tui, Vigo, Galicia.

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EL ANIMAL FUE ARROJADO VIVO AL RÍO Y CUANDO FUE LOCALIZADO YA LLEVABA UNA SEMANA MUERTO
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En el río Miño, a su paso por la localidad de Caldelas de Tui, ha aparecido en las últimas horas un perro que tenía atada al cuello una piedra. El perro, de raza boxer, fue localizado ayer a mediodía por Protección Civil y la Policía Municipal aunque la Asociación Protectora de Animales Sin Fronteras ha confirmado a lavozdegalicia.es que el animal llevaba ya una semana muerto.

La presidenta de la asociación, María Luisa Caride, asegura que el perro fue arrojado al río cuando aún estaba vivo y, por ello, califica el caso como un «tremendo» maltrato sobre el animal.

Por el momento, no se sabe nada sobre el propietario del animal y, por eso, desde la protectora ponen sus teléfonos de contacto (986 413 207 Ó 651020483) a disposición de cualquiera que pueda aportar más datos sobre lo sucecido o tenga constancia de la desaparición de un perro de esta raza en la zona.


Por su parte, las fuerzas de seguridad han abierto una investigación para esclarecer los hechos y la propia María Luisa Caride ya ha mantenido conversaciones con el Seprona.

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Fuente de la noticia:

http://www.lavozdegalicia.es/vigo/2009/08/12/00031250073670285433111.htm

1 comentario:

Fin Maltrato Animal dijo...

"El perro fue arrojado al río cuando aún estaba vivo...".

Reconstruyamos la escena: un individuo lleva hasta allí al animal, le anuda una soga al cuello, probablemente mirándole a los ojos más de una vez, ata al otro extremo una piedra, coge al perro y lo lanza al río; seguramente se queda mirando cómo se hunde y contemplando los movimientos desesperados del can hasta que se pierde bajo las aguas.

Y porque aterra creer que es una persona como otra cualquiera, uno tiende a imaginarse al autor de esta acción repugnante como un ser de aspecto siniestro y que lleva la muerte escrita en su rostro.

Es simplemente una actitud de defensa dibujarlo en nuestra mente como una criatura espantosa, pues de otro modo produciría escalofríos pensar que nuestros hijos se pueden cruzar con él en la calle en cualquier momento, que puede ser el conductor del autobús que los lleva al colegio, el que les vende las "chuches", su médico o su profesor.

Sin embargo, este sujeto posiblemente es un tipo de lo más corriente. Acudirá su trabajo donde charlará con sus compañeros; tendrá mujer e hijos a los que besará; saldrá a divertirse con sus amigos e incluso, visitará a su madre de vez en cuando y le dirá: "te quiero mamá". Llevará en definitiva una vida normal y nada en él delatará lo que ha hecho con este desdichado perro.

Y es que la carga infinita de cobardía y de vileza que lleva dentro y que le ha movido a cometer semejante crimen, seguro que no se refleja en su exterior. Tenemos la prueba en hombres como José Tomás o como "El Jarula" (el lancero que mató al Toro de la Vega de 2008). Uno los ve y parecen personas corrientes, pero son capaces de torturar y de asesinar sin sentir la menor piedad por su víctima.

La única diferencia entre aquel que arrojó al perro al Miño y estos que acabo de citar, es que el primero ha quebrantado la Ley y los otros, reciben dinero y reconocimiento público por hacerlo.

Salud Compañero Ricardo y perdona mis silencios, unas veces debidos a correos llegados pero "perdidos" si abrir entre una avalancha de mensajes, y otras a la imposibilidad de "estirar" más el tiempo.

Mi cariño y admiración por ti no disminuyen a pesar de esos periodos sin comunicarme, sino que son mayores cada día y confío en retomar cuanto antes mi ritmo habitual. No quiero perder una amistad tan valiosa como la tuya.

Salud y un abrazo Compañero.

Julio