jueves, 11 de diciembre de 2008

Quinín, el cerdo más famoso de Galicia.

APARECIÓ EL INTOLERANTE DE TURNO
¡Muerte a «Quinín»!
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Cartas al Director
Miércoles 10 de diciembre de 2008

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Unos desconocidos han salvado del matachín a Quinín, un cerdo de Dumbría de 200 kilos y perniles prietos, cebado durante meses por su propietario sin dioxinas de piensos irlandeses para comérselo en familia estas Navidades. Desde lechón, a Quinín lo sacaban con el perro de la casa a pasear por los campos. El animal copió los comportamientos del can, La Voz lo contó como una anécdota local, pero no quedó televisión en España que no fuese detrás del marrano para grabar sus garbeos.

Movimientos ecologistas y de amigos de los animales emprendieron una campaña para impedir que sacrificaran a Quinín. Su propietario vio la ocasión para sacar tajada y pidió a cambio 12.000 euros; la cantidad necesaria para evitar la muerte por desnutrición este año de trescientos niños en el Congo, según cálculos de la FAO. Al dueño del cerdo no le pagaron lo que pedía, pero sí una cantidad suficiente para comprarse otro ya cebado y guardarse un puñado de euros sobrantes en la cartera. Y ahora Quinín está a salvo en una finca de Carral.
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Si Tardá puede ser diputado al grito de «muerte al Borbón» también se podrá exclamar en este país sin riesgo a ser lapidado por los amigos de los animales: ¡muerte a Quinín!
. Solo una sociedad deshumanizada, confusa, opulenta a pesar de la crisis, frívola y con una escala de valores encorvada, puede movilizarse por un cerdo de 200 kilos. ¿Qué va a ser lo siguiente? Garantizarle una vivienda digna, una renta de manutención, plaza en residencia cuando se haga viejo y, llegado el marrano al final de su periplo, la eutanasia asistida por médicos de la Sanidad pública. Ayer, 10 de diciembre, se celebraron sesenta años de incumplimientos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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Salvémonos primero entre nosotros y, luego, quien quiera que salve a los cerdos.
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EVIDENTEMENTE, ESTE SEÑOR PIENSA QUE LO TIENE TODO MUY CLARO. PERO NO VE QUE LA VIOLENCIA, INCLUIDA LA QUE VA CONTRA EL ESTÓMAGO HUMANO, EMPIEZA POR LA VIOLENCIA PRACTICADA CON LOS ANIMALES.
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Fuente: http://www.lavozdegalicia.com/opinion/2008/12/10/00031228947574758851911.htm

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Un cerdo peculiar.
«Quinín» no tendrá su San Martiño
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El marrano más famoso de Galicia se ha librado al fin de pasar por el matadero, aunque ahora se resiste a separarse de la familia que lo cuidó en el último año.
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Autor:
Luisa Gutiérrez
29/11/2008
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Al cerdo más popular de la Costa da Morte ya le espera un nuevo hogar. Quinín cambiará los paisajes de Dumbría por los de Carral, en donde llevará una vida de lo más acomodada. Sus nuevos dueños -que de momento prefieren estar en el anonimato- han construido una caseta para que se resguarde y pueda conservar la independencia de la cochiquera en la que vivía. En lo alto, han mandado colocar un cartel con el nombre del marrano. «Vai estar moi ben porque esta xente vai coidalo á perfección e non o van matar, que iso é o que nos importa», explicaba ayer Carmen mientras lo acariciaba por última vez.
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Por si esto fuese poco, en su nuevo hogar habrá una persona encargada de cuidar a Quinín, y acompañarlo para que no se sienta solo. «É que está acostumado a estar con xente, por iso nos convenceron estas persoas, porque sabemos que vai estar moito mellor, nós aquí non podemos telo» -insiste su cuidadora.
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A pesar de que todo parece estar siendo positivo, el cerdo «non anda moi católico estes días», según cuenta su familia. Ayer, sus nuevos dueños intentaron llevárselo, pero el marrano se negó a subir al remolque. «É como se entendera todo o que estamos dicindo na casa. Estou convencida de que escoita e dáse conta do que dicimos porque non quere saír da cuadra e anda con moito medo».
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Plan de engaño
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Antonio y Carmen han diseñado un plan de engaño para conseguir que Quinín se vaya con su nueva familia. «Non lle imos dar nada de comer e mañá [por hoy] temos pensado poñerlle unha pota de caldo no remolque para ver se así cae na trampa, entón chamaremos aos compradores para que veñan a buscalo». En Dumbría están tristes con la marcha de Quinín, ya que en los últimos meses se había convertido en la atracción de la localidad. De hecho, en los últimos días han sido muchas las personas que han llamado a Carmen para negociar la venta del cochino. «Aínda hoxe chamou un señor de Noia que estaba interesado no prezo, pero xa lle dixen que chegaba tarde e que xa negociáramos con outro comprador. Tamén veu unha persoa da Coruña que nos ofrecía 3.000 euros, pero ao velo asustouse porque non se imaxinaba que era tan grande», asegura Carmen.

Pero si ya se ha librado del matadero, ahora Quinín tendrá que luchar por conservar la salud, ya que los 200 kilos que pesa pueden jugarle una mala pasada. Atrás quedan los tiempos en los que el cerdo se paseaba a sus anchas por Dumbría, en compañía de su inseparable amiga Tila , la perrita que cuida también la familia. De hecho, fue una de esas aventuras la que lo lanzó al estrellato mediático.

Enfermo
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La historia de Quinín fue peculiar desde el principio. Cuando lo compraron, sus dueños pensaron que padecía alguna enfermedad, ya que apenas comía. «Pensei que tiña algo porque non probaba bocado, nin o veterinario sabía o que lle pasaba porque era demasiado pequeno. Entón, empecei a sacalo con Tila e, pouco a pouco, os tres fixémonos amigos. Así comezou esta historia», explica Carmen. De hecho, Quinín vivió en el anonimato durante los primeros meses de vida, pero en septiembre la gente empezó a pensar qué pasaría con aquel gracioso marrano que se comportaba como un can. Así comenzaron una serie de negociaciones, en las que la familia llegó a pedir hasta 12.000 euros por el animal.
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En Dumbría, ayer no se hablaba de otra cosa. «Estamos un pouco tristes, porque nunca imaxinamos isto, pero os novos donos son moi boa xente e din que podemos ir visitalo cando queiramos, porque lle queremos moito». Pero la familia promete más: «O seguinte porco que merquemos chamarase Quinín II», admitió ayer Carmen. Lo que está claro es que pocos cerdos en Galicia han sabido ganarse a la gente como lo ha hecho Quinín, al que, contra todo pronóstico, al final no le llegó su San Martiño.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2008/11/29/0003_7353725.htm

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